En 2017, con 10 años, fue ganador de “Mallorca Talent” y dos años más tarde, en 2019, recibió el premio al artista revelación del Festival Internacional de Cine Infest. También fue finalista en 2021 en el Concurso Internacional del Cante de las Minas, siendo el artista más joven que hasta la fecha había participado. El pasado año recibió el Premio Nuevos Creadores del Instituto de Cultura Gitana, promovido por el Ministerio de Cultura y Deporte, y la Venecia Flamenca, el máximo galardón del Festival Flamenco de la Mistela. Este 2024 acaba de proclamarse ganador de “La batalla de los jueces” en Got Talent Spain. A pesar de su juventud, ha compartido escenario con grandes artistas como Pitingo, Duquende y Jorge Pardo.
Antón Cortés Marín nació en Mallorca en 2007. Una tarde su madre encontró un pequeño teclado de juguete abandonado en la calle. Seguramente estropeado, pensó. Llegó a casa, le puso pilas, y funcionaba. Un nuevo juguete para su pequeño de ocho años. Ninguna tradición musical en la familia, ningún instrumento antes en su hogar. El niño Antón jamás tuvo un profesor. Ni podía ni lo pidió. Escuchaba música, miraba vídeos en youtube y le fascinó esa magia de poder trasladar todas esas canciones a las teclas de su nuevo entretenimiento. Y ya no dejó de tocarlo hasta que sus padres le llevaron a ese concurso y, sin ensayo ni tacto previo, se sentó ante él. Lo acarició de tal modo que lo ganó.». Toca descalzo. Siempre. Cuatro años después de su primera actuación en público, su pie derecho, desnudo, se posa en el pedal de sustain del piano de cola que preside el stage del festival internacional Cante de las Minas, celebrado este verano en Murcia. Un prestigioso certamen considerado como los ‘oscars’ del Flamenco y el mejor del mundo en su especialidad. El izquierdo golpea la cálida madera de la tarima según la métrica del palo escogido. Sorprendió a todos con una taranta de composición propia que entusiasmó a público y jurado por su ejecución y expresividad, permitiéndole el pase a la Final y darse a conocer ante todos los aficionados, entendidos y músicos del exigente mundo del flamenco de este país. Para su segunda exhibición escogió interpretar Antonia, del guitarrista Paco de Lucía, bajo su propia transcripción al piano. «Prefiero interpretar, pero a mi estilo, composiciones de otros antes que las mías propias» reconoce ante la sorpresa de unos padres admirados por la capacidad de su hijo de componer rápida y espontáneamente en cualquier palo.
Meses antes lo hizo ante el público general y popular con su pase de oro para la final del Got Talent España. Correcto y elegante siempre hacia los demás, pero los suyos reconocen que en un principio Antón no quería ir a ese concurso televisivo porque le parecía «un circo» donde el flamenco no era valorado en su justa medida. Tras su exhibición en la semifinal, con una composición propia, su padrino Fernando Peguero, figura clave en la formación del pequeño Antón y quien le compró su primer piano, le propuso interpretar algo más clásico, más comercial, y dejar el flamenco a un lado y explorar otros estilos para tener así más posibilidades de ganar. Le mandó Asturias de Isaac Albéniz por whatsapp. Antón lo escuchó y le contestó «Gracias Fernando, me encanta, es un temazo, ahora me pongo con ello». A los seis minutos le enviaba un vídeo tocándolo en casa.
Jamás había escuchado antes esa pieza. Todos los arpegios, acordes, melodías, silencios y golpes que Albéniz compuso para convertirlo en un clásico universal estaban ahí, en los dedos de Antón. Y ejecutados con la máxima expresividad y emoción. Una pieza que dura exactamente seis minutos y que se inicia a tempo Allegro tiene muchas notas. Y todas estaban ahí. Este periodista tuvo acceso a esa cadena de mensajes, y al vídeo. Su correlación temporal es exacta, y la ejecución del vídeo, fascinante. Seis minutos. Justo los que dura la composición. Normalmente un pianista clásico profesional necesita un mínimo de dos horas para trasladar a su instrumento, completa y correctamente, la partitura de un tema nuevo. Antón lo escuchó, se sentó frente a su piano de noche y lo toco de oído como ha hecho siempre. De forma natural, libre y dejando que las yemas de sus dedos fluyeran a través de las teclas. Aunque recientemente ha iniciado clases de lectura, aún hoy ofrece sus recitales basándose sólo en su oído, su improvisación y su sentimiento del momento.
Pero al final decidió tocar su flamenco ante las cámaras y como era de esperar el ganador fue escogido de entre propuestas más comerciales, y convenientes, a pesar de la excelente valoración de público y jurado en su actuación final. Esa experiencia, junto a la del día que fue rechazado en el Conservatorio Superior de Baleares durante las pruebas de acceso directo porque «a pesar de su excelente técnica y perfecta ejecución» del jurado, añadía éste que «carece de los conocimientos mínimos de lenguaje musical necesarios para el aprovechamiento de nuestros estudios», forjó su firme decisión de dedicarse exclusivamente al flamenco con su propio estilo y a través de un método autodidacta. Antón, decepcionado y triste en un principio por ese momento, tomó conciencia de que sólo quería dedicarse y centrarse en el flamenco y en el piano. Buscó un profesor particular del Conservatorio especialista en piano clásico, pero al poco éste renunció reconociendo que no podía enseñarle nada. Su técnica era desconocida, superior, y más efectiva que la suya.
En las últimas semanas una catedrática del Conservatorio Superior de Música de Madrid está en continuo contacto con Antón para estudiar su método; «su técnica es todo un misterio. Toda mi vida estudiando el flamenco y nunca he visto nada igual». Todos hemos oído hablar del duende en el arte flamenco, sea bailando, cantando o tocando el cajón o la guitarra. Eso que no se puede describir, pero que se siente. Que no se puede buscar, pero que a veces llega. Y todo el mundo lo percibe, al instante, aunque solo sea ese instante. Es ese duende que todos los músicos buscan, y que algunos pocos encuentran o perciben en algún momento de su actuación, y que muy pocos lo atrapan para siempre. Es ese estado cuando ya no se siente el cuerpo, donde uno percibe que lo abandona para fundirse en el instrumento al que se traslada, sin pensar ni dudar, la música de la mente, o del alma. Un estado espiritual que se consigue a través de la música y al que otros se acercan a través de la meditación, las drogas, el yoga o cualquier otra actividad o acción que trasciende al tiempo y al espacio. El primero se vuelve incontable y el segundo desaparece.
Antón tiene ese duende. De manera espontánea y natural. No importa su desconocimiento del lenguaje musical tradicional, no importa que toque de oído o de memoria y que no sepa leer una partitura, no importa que jamás haya escuchado un clásico para reinterpretarlo y mejorarlo solo cinco minutos después de oírlo por primera vez.
No importa que cruce los brazos aleatoria y anárquicamente cuando sus manos percuten las teclas, no importa que esté por primera vez ante un auditorio lleno o que sea acompañado por prestigiosos músicos profesionales, auténticos especialistas en el arte flamenco tras años de estudio, trabajo, ejecuciones y vida. Antón toca y aparece el duende. Por ello hace unos días Pitingo quiso que lo acompañara, quedando prendado de él, que repetirá este sábado 30 de octubre junto al gran cantaor Duquende, en el festival solidario de Aspanob a favor de la lucha contra el Cáncer que se celebrará en el Palau de Congressos de Palma. Todo un lujo, un honor y un privilegio para un impúber a quien parece no pesarle la responsabilidad de la cita. Que el que fuera cantaor oficial de Paco de Lucía durante veinte años haya aceptado colaborar como artista invitado, en el debut de la primera gira de un chico de catorce años recién cumplidos, no deja lugar a dudas de que estamos ante el nacimiento de una estrella que ha irrumpido como pocos a su edad en el flamenco. Duquende y Cortés serán escoltados por otros grandes músicos como Toni Cuenca al contrabajo y bajo eléctrico, Kiko Carmona y Aurora La Cani, expresamente desde Madrid el joven y prometedor bailaor Rapico, Benji Habichuela a la percusión, Núria Millán y Jorge Cortés al cante y la actuación especial del gran Benjamín Habichuela, toda una leyenda de la guitarra flamenca.
Una cita histórica y una oportunidad única para los sentidos en un canto a la solidaridad y al arte puro. Son suficientes dos primeros minutos de conversación con él para darte cuenta de que estás ante una persona especial, diferente y única. Ni el frío y aséptico ambiente del reservado del hall de un moderno y lujoso hotel cohíben a este adolescente aún imberbe cuando habla de música. Antes y después es tímido, quizás sólo introvertido. Pero siempre educado, formal, prudente y cortés. Incómodo por el espacio, o el momento, o tal vez por la presencia de un desconocido periodista que, sentado en una enorme mesa de reuniones para ejecutivos, le interroga ante la mirada, y el juicio a preguntas y respuestas, del representante de la producción, de su madre, de su padre, de su padrino y del propio plumilla. Comprensible, aún es un menor. Durante los silencios, y en las reflexiones, comentarios y aclaraciones de los adultos, Antón se va. Mira al techo o a cualquier rincón del gran salón, gira su silla y se voltea, abandona su cuerpo y parece no interesarle absolutamente nada lo que está sucediendo a su alrededor. Vuelve a tierra cuando el periodista continúa su labor y su mirada, antes perdida, se clava ahora en los ojos del inquisidor. Parece fuerte, intimidante, desconfiada y, por momentos, altiva. Pero no. Enseguida comprendes que no es nada de eso. Es respeto. Respeto por el flamenco, respeto por la música, respeto por el piano, y respeto por la belleza de un estilo musical bien sentido y ejecutado.
Crónica Gonzalo Nadal 27/10/2021
PROGRAMA HOMENAJE A PACO DE LUCIA
1- Romance de Juan Osuna
2- Romance de la valentia
3- María de la O
4- Sevillanas (Paco de Lucia y Manolo Sanlúcar)
5- Antonia (Paco de Lucia)
6- Oración (Manolo Sanlúcar)
7- Una rosa pa tu pelo (Álbum Potro de rabia y miel)
8- La Primavera (Álbum Potro de rabia y miel)
9- Ziryab (Paco de Lucia)
10- Río de la miel (Paco de Lucia)
11- Eres como un laberinto (Álbum Potro de rabia y miel)
Antón Cortés - Piano
Joaquín Moreno - Guitarra
Kiko Carmona - Percusión